miércoles, 7 de abril de 2010

Welcome to the jungle


Es realmente extraño intentar vivir de algo que se supone fue enterrado hace ya cuatro años. Pero así como todo pasa, también todo vuelve. Y es extraño reencontrarse con lo que no fue en un momento que es.

No hubo daños ni perjuicios, sólo dos corazones dolidos. No hubo engaños ni mentiras, no hubo promesas no cumplidas. Fue algo que no pudo ser y que se unió para ver qué es. Y escuchar, y hablar y situarse en un lugar que siempre se imaginó; y sentir que nada es igual, que realmente algo puede cambiar; que lo esencial sigue estando, invisible a los ojos, sí, pero perceptible en alguien que solamente vivía en los recuerdos, que no respiraba ni reía ni sentía frente a frente, tan sólo en los recuerdos, en los pensamientos, en las ideas de lo que pudo haber sido y no fue. Tan sólo fue lo que pudo ser. ¿Y qué hubiera pasado si…? ¿Si qué?, no sirve pensar en eso cuando esto es otra cosa, cuando dos caminos se abrieron de uno mismo, cuando al fin se ve que el otro esta bien, y hace bien, y al mismo tiempo se siente ese impulso irracional de querer devorar lo que se halla enfrente, y se piensa. Se sabe que se puede. ¿Pero qué pasaría si…¿si qué? Quizás le haría mal. O les haría mal. Quizás no.

Los dientes no dejan que se termine de morder esa idea que pretende ser triturada, degustada, saboreada y tragada. Todos somos animales. Existe ese instinto irremediable que querer devorar, pensándose que es pura supervivencia. Que es la selva la que manda, y que quien no ataca, mal acaba Pero el amor no deja lastimar. Qué tanta vuelta sobre lo que es o no es amor. Qué tantas ganas de amar, o esa forma compulsiva de vomitar frases cursis a cerca del amor, cuando amor es otra cosas señores.

No se vomita, se siente; no se mastica, no se lastima: se ama. Y se ve que nunca se apagó.

Y esas ganas de llorar pueden perdurar, o no, pero así se debe sentir el amor.

Y esas ganas de devorar pueden perdurar, o no, pero amar no es sinónimo de lastimar.

Entonces, ¿para qué pensar en lo apocalíptico del amor, en lo apocalíptico del instinto?

Si poniendo cada cosa en su lugar, es más fácil jugar. Es más fácil ocupar el rol que la selva dio. Y dejar así atrás las ganas de triturar, las ganas de devorar, las ganas de ganar

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