lunes, 5 de abril de 2010
¿Cuál es tu lugar en el mundo?
Probablemente, una de esas preguntas que descolocan si se escupen una tarde de viernes tomando mate o una noche de pizza y cerveza. Muy filosófica tal vez. Algo sobre lo que uno no se pone a pensar sino que simplemente se siente en un momento determinado. Puede ser un punto geográfico, un instante que se congela en el tiempo. A veces, uno se da cuenta de cuál es su lugar en el mundo cuando está muy lejos de él, y esa sensación de armonía se añora, se necesita, se busca en otros lados pero nunca es lo mismo.
Para mí, todos tenemos dos o tres lugares en el mundo. Nunca puede reducirse a UN lugar, porque las personas no nos reducimos a un solo afecto, a un solo placer o a un solo recuerdo feliz. Esos lugares en el mundo son nuestros centros y nada nos da más paz que el instante en que los descubrimos. Yo descubrí uno de los míos. ¿Que cómo me di cuenta? Simplemente crucé la puerta y...pertenecía. Con todo lo que realmente PERTENECER significa. Es una porción de libertad, una parte de mí hecha canción, lectura, mate, compañia, comunidad, armonía, fluir de ideas. Todo nucleado en unos metros cuadrados, cemento, aerosol, tinta y papel.
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