sábado, 27 de marzo de 2010

encomendarnos a esa nada que dejamos maniatada


-Rebelde hasta consigo mismo
-Digamos que…. ¿rebelde compulsivo?
-Algo así señor. Contradictorio, también
-Rebelde y contradictorio, entonces
-¿Entonces qué?
-¡¡¡Entré en inflación doctor!!!
-¿En inflación?, ¿por qué?
-Digo, hace unos meses era rebelde
-Si…
-Y ahora soy rebelde conmigo mismo, rebelde compulsivo y contradictorio. ¡¡Algo en mí está en alza doctor!!¡hay inflación hasta en mi personalidad!
-¿Pero qué le pasa Don José?
-Nada. Sólo estoy con inflación, ¿qué más? Así están las cosas doctor

Don José cerró los ojos y respiró profundo, vi desde lejos cómo las yemas de sus dedos se unían, se acariciaban lenta y pausadamente, una por una juntaron sus manos, y así se quedaron.

-Excelente…
-¿Excelente qué Don José?
-Nada, ahora que tengo inflación quisiera ser el Sr. Burns
-¿El Sr. Burns?
-El mismo. Y así poder sobrellevar mi economía en paz. Por economía también entendemos mi personalidad, ¿no doctor? Imagínese, hay inflación fuera y dentro de mí. Si yo fuera el Sr. Burns, podría sobrellevar todas estas alzas perfectamente. Tocar mis dedos y no sentir más que eso. Y tener la piel de tortuga en las yemas. Mis veinte yemas.
-Interesante punto de vista Don José
-Rebelde conmigo mismo, rebelde compulsivo, contradictorio y con inflación.
-Así es. Nos vemos la próxima sesión
-Excelente. Pero… ¿no hay solución?
-No Don José… “la locura es poder ver más allá”
-O mas acá…

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