lunes, 1 de marzo de 2010


Cuando mi cabeza se harta de hilar e hilar pensamientos es cuando explota y dice basta. Y eso que sale de aquella explosión es lo que marina plasma. Escribir es ser yo, es dejarme llevar y ni siquiera pensar. Una vez que mi mente estalló, ya no hay pensamiento que valga. Es como si mi mano supiera naturalmente lo que tiene que hacer. No se frena. No se estanca. Agarra la birome, o la pc, y no se para. Es un momento único, es como recordar un sueño apenas te levantas, y una vez que pasa…pasa. Muchos hablan de inspiración, que a la hora de escribir, yo también la espero. Pero no es en esos momentos cuando llega. Las ideas salen cuando menos lo espero, me agarran desprevenida y me sujetan a la pequeña agenda que llevo siempre conmigo .En cada texto que escribo estoy yo, en cada renglón, palabra, metáfora o ironía hay un dejo de marina; esa parte que no se acostumbra a ser, esa parte que no quiero ver, ese recuerdo que plasmo para luego comenzar a borrar, esa historia o personaje que invento para pasarle a otro lo que siento. Y a eso se resume, a inventar, a unir realidades llenas de fantasía que no son mas que la vida misma. Mi vida quizá….

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